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Introducción a la Teología y Bibliología (página 2)




Enviado por Josué Gallegos Salas



Partes: 1, 2, 3, 4

Estas escuelas parten de la presuposición de que la autoridad de Dios se expresa directamente en el sujeto y viene transmitida a través de algunas de las facultades del alma humana: la razón, los sentimientos, o la conciencia.

1.-El Racionalismo

Ha sido siempre tentador para el hombre atribuir a la razón el lugar más destacado para la obtención del conocimiento religioso. Es en la esfera de la razón donde se forman los conceptos. Pero el racionalismo va todavía más lejos. No sólo la considera correctamente como el medio indispensable para la recepción de la verdad, sino que la eleva hasta la categoría suprema de juez autónomo e inapelable de la verdad. A veces, incluso, al pedestal de la fuente de la verdad.

En último análisis, importa poco si el racionalismo toma la forma deística tan grata a los autores y a muchos cristianos! del siglo XVIII, o bien sigue a Hegel en su aventura de la «tesisantítesis-síntesis» para ver de captar la totalidad de la realidad. En cualquier caso, la razón es soberana; no se contenta con ser la sirvienta de la verdad sino que se erige en su señora. Habla cuando debería escuchar como atinadamente escribe Roger Nicole y condena al hombre a los estrechos límites de su propio horizonte.

Pero lo más trágico como demuestra el Prof. Derek Bigg[4]es que «la razón humana, cuando tiene la última palabra, conduce finalmente a la irracionalidad. Los pen¬sadores modernos no han hecho caso de la lección implícita en Hume, quien ya demostró en el siglo xvm que el argumento racionalista solamente puede producir resultados absurdos…. Hoy estamos pagando el precio por esta falta de no querer aprender de la historia. El humanismo contemporáneo sigue exaltando a la razón».

Al no permitir que la razón fuese iluminada y guiada por la Revelación, el hombre ha perdido su racionalidad. Al insistir en una autonomía absoluta de la razón, ha dejado de ser razonable. Ha conquistado la clase de libertad que deseaba: una libertad sin amarras,' pero ha quedado también sin luz en la oscuridad y en un océano de dudas y de frustraciones sin fin. Finalmente, habiendo abandonado el ancla de la Revelación, ha perdido toda apoya¬tura racional, y por consiguiente toda esperanza de hallar algún significado para su existencia. La vida aparece ahora delante de él como cosa absurda, arbitraria e irracional.[5]

Ya lo advirtió Pascal: «La última etapa de la razón es reconocer que hay infinidad de cosas que la sobrepasan. Muy débil es si no llega a comprender esto.» Es importante establecer la diferencia entre el racionalismo y la racionalidad. Porque lejos de ser ésta la expresión de aquél, llega a ser su antítesis.

Como afirma Strong: «Los errores del racionalista son los errores de una visión defectuosa.»

Una Teología que tome como punto de partida la razón, acaba desmereciendo el nombre de Teología y aboca en un sistema filosófico más.

2.- El sentimentalismo

Como reacción a la aridez del racionalismo, Schleiermacher desarrolló su teología basada en los sentimientos. No hacía más que sintonizar con la moda romántica de principios del siglo XIX. Dado que la comunicación entre los sentimientos es cosa difícil, se enfatizó la experiencia individual, en contraste con cualquier norma objetiva de verdad o de conducta.

El subjetivismo toma aquí un cariz radical. El sujeto creyente y no ninguna verdad objetiva constituye el objeto primordial de la investigación. Así, la religión queda reducida a una simple sección de la antropología y la psicología. Acaso incluso, para algunos, en un departamento de la psicología de anormales.

3.- El moralismo

Una tercera opción es la del moralismo en el que se enfatiza 1% importancia de la conciencia y de las normas éticas.

Fue Kant uno de los grandes impulsores de este punto de vista. Su influencia se echa de ver en Ritschl y sus discípulos. Según esta perspectiva, el conocimiento que podamos obtener por medio de la inteligencia no es de fiar; mucho más aconsejable será confiar en los impulsos morales básicos del alma humana. Juicios de valor con preferencia a formulaciones metafísicas; he ahí lo que vale en la fe.

Este movimiento parece olvidar que los instintos morales y lo que llama «impulsos básicos del alma humana» varían según las latitudes y están condicionados por aquellas influencias (por el cristianismo, por ejemplo) que han moldeado lo que Jung llama el «inconsciente colectivo».

Amplias diferencias separan estos distintos enfoques del quehacer teológico que acabamos de describir como racionalismo, sentimentalismo y moralismo, pero un factor común a todos ellos es que consideran siempre a alguno, o algunos, de los aspectos de la naturaleza humana como la fuente de la verdad religiosa. Este aspecto es el que, después, se convierte en absoluto con detrimento de los demás; él determinará lo que es verdad y no la realidad objetiva, exterior, de la Revelación divina. Nos encontramos en el más absoluto de los subjetivismos; es decir: en un mundo que, en gran medida, es irreal y fantasmagórico.

Actualmente, estas distintas corrientes se entremezclan. Así, el Prof. Klaas Runia cita a un tal John Mcquarrie, liberal y sincretista, quien en su libro Principies of Christian Theology, publicado en 1966, afirma que son varios los factores formativos de la teología: la experiencia, la revelación, la Escritura, la tradición, la cultura, la razón, los sentimientos, etc. Al hacer diferencia entre la revelación y la Escritura y, sobre todo, al colocar a un mismo nivel que la Biblia otros factores como constitutivos de la teología, el liberalismo teológico minimiza la autoridad soberana de la Escritura.

En Tillich y en Butmann es dable seguir las huellas de estas corrientes subjetivistas. La Teología se convierte en manos de estos autores en simple filosofía de la religión.[6] Metafísica

LECCION 5.

3). La Teología neo-ortodoxa

Bajo esta denominación encontramos a cierto número de autores que representan una amplia gama de posturas individuales. En términos generales, el neo-ortodoxia pretendió superar las varias formas del liberalismo teológico, al negar, correctamente, lo inadecuado de querer alcanzar a Dios partiendo del hombre. Consecuentes con este criterio, los seguidores de la Teología de este signo (entre cuyos nombres más famosos descuellan Karl Barth y Emil Brunner) son reacios a conceder ninguna validez autoritativa a nada que sea accesible al hombre, bien sea una figura histórica o un libro. Dios se revela afirman en lo que denoqjinan «la crisis», por la que se produce un encuentro personal de carácter trascendental. Sin ir más lejos en el análisis de esta postura (el lector hallará una más amplia información sobre la misma en la Tercera Parte, lección XXXVIII), es un hecho que tiene en muy alta estima la iniciativa divina y la soberanía de Dios cosas olvidadas por el liberalismo teológico-, pero dado que no ofrece ninguna norma externa, objetiva, de origen divino, por medio de la cual poder juzgar las supuestas experiencias de «la crisis» y dado también que dichas experiencias no constituyen, ni entregan, ningún depósito de conocimiento válido, la neo-ortodoxia se convierte, sin pretenderlo quizás, en un apartado más dentro de la corriente subjetiva. No podía ser de otra manera, ya que esta teología es tributaria de la filosofía existencialista a la que le ha pedido las herramientas para su labor de reflexión.

4). La Teología Evangélica

Llamada también reformada por recoger los grandes principios de la Reforma del siglo xvi que fue, en el fondo, un volver a los orígenes es una Teología contrapuesta totalmente a los varios movimientos descritos en las lecciones previas.

La característica fundamental de la Teología reformada, o evangélica, es su voluntad de prestar gozosa obediencia a la autoridad soberana de Dios tal como ésta se expresa en su Revelación, registrada hoy en los libros canónicos de la Escritura hebreo-cristiana. Esta Escritura es la fuente, la norma y la regla infalible de fe para la Teología Evangélica. En ella encuentra la revelación objetiva de Dios, centrada en la obra redentora de Jesucristo.

La primera tarea de la Teología Evangélica es escuchar la voz de Dios por el Espíritu y por medio de la Palabra escrita llegada hasta nosotros.[7] Luego, se trata de emplear todos los recursos de la personalidad regenerada, la mente iluminada, las emociones reorientadas y la conciencia limpia de obras muertas (Hebr. 9:14)-. con el fin de presentar esta verdad divinamente garantizada, por haber sido divinamente revelada de manera sistemática.

En esta tarea, no olvidará las lecciones valiosas de la experiencia tanto histórica como personal, ni descuidará tampoco las herramientas del intelecto, las emociones y los impulsos básicos de la naturaleza humana, pero por encima de todo estoy sirviendo de norma suprema se halla la luz de Dios.

El teólogo evangélico no puede tampoco olvidar que, después de colocar el fundamento (Efesios 2:20) constituyendo a los apóstoles, el Señor constituyó «a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo» (Efesios 4:11, 12). Así, tiene el deber de estudiar cuanto aprendieron de la Escritura con sus particulares percepciones las generaciones de santos, eruditos y mártires que le precedieron. Es aquí donde descubrimos el inmenso valor de la tradición eclesial, no como una autoridad yuxtapuesta a la de la Escritura y haciéndole sombra, sino como una explicitación de esta misma Escritura. [8]

Por otra parte, el teólogo evangélico no medita ni escribe como creyente aislado, sino en medio del pueblo de Dios, a partir de la misma fe y la misma comunión de las Iglesias fieles al Señor y a su Palabra. El es también testigo en medio de la comunidad que confiesa su fe y dentro de la fortaleza que recibe de la fraternal comunión de la Iglesia. Sin embargo, su lealtad suprema, su fidelidad última, es para la Palabra de Dios; sólo la Escritura es norma, ella sola constituye la regla de la fe y la conducta del teólogo y, por consiguiente, la regla de su labor re-flexiva.

La Teología para nosotros no puede ser otra cosa que explicitación de la Palabra revelada y vivencia de esta misma Palabra. Es una tarea bíblica la nuestra. Así, nos vinculamos a la gran doctrina reformada de la Sola Scriptura, y aún más; seguimos en la línea de los apóstoles y del Señor mismo cuando zanjaba toda cuestión con la frase contundente: «¡Está escrito!» Esto bastaba para El. Y es suficiente para nosotros.

Es así, porque como escribió A. H: Strong: «Sostenemos que es posible conocer a Dios solamente en la medida en que El se revela y en la medida, también, en que nuestras mentes y nuestros corazones son receptivos a esta revelación.»

LECCION 6.

POSIBILIDAD Y LÍMITES DE LA TEOLOGIA

¿A quién concederé mayor crédito tocante a las cosas de Dios que a Dios mismo?», exclamaba Ambrosio de Milán.

1). Las posibilidades del conocimiento teológico

El conocimiento teológico es posible porque «Dios ha hablado» (Hebreos 1:1 y ss.) y ha obrado en la historia de los hombres.

El conocimiento teológico es posible porque el hombre ha sido creado de tal manera que puede conocer verdaderamente, aunque no completamente.

Strong afirma que la posibilidad de la Teología se apoya en una triple base:

  • 1) En la existencia de Dios quien tiene relaciones con el universo,

  • 2) En la capacidad de la mente humana para conocer a Dios y ciertas de estas relaciones,

  • 3) En la provisión que Dios mismo ha hecho para establecer contacto con nosotros, es decir, su auto- revelación.

Cualquier ciencia es posible añade Strong cuando se dan estas tres condiciones, es decir: la existencia del objeto con el que trata la ciencia dada; la capacidad del intelecto humano para conocer el objeto y la provisión de medios definidos y aptos por medio de los cuales el objeto entra en contacto con la mente.

Si el hombre ha sido capaz de aprehender ciertas verdades, aunque sea de manera imperfecta y parcial, ayudado solamente por sus propias capacidades cognoscitivas, ¿cómo no será posible que este mismo hombre capte algo del Dios que ha hablado, ha obrado y ha dejado su Revelación registrada en un libro? ¿Y no será ello tanto más posible cuanto que esta misma Revelación enseña que Dios viene en ayuda de quien establece contacto con ella?

«Dios y Revelación escribió el Prof. James Orr. Son ideas correlativas.» Es imposible concebir a Dios creando al hombre con capacidad para conocerle y que luego no se le revele. De ahí el absurdo del Deísmo, la peregrina idea de los «ilustrados» del siglo xviii que concibieron a Dios como un relojero que luego de haber fabricado su máquina la pone en movimiento y no se acuerda más de ella.

2). Los métodos del conocimiento teológico

En la Edad Media, la Teología fue considerada como «la reina de las ciencias». Para un cristiano, la Teología con base bíblica constituye, sin lugar a dudas, la máxima fuente de conocimiento que debe iluminar todas las demás. No queremos decir con ello que la Teología ha de controlar las demás ramas del saber, ya que no ofrece materiales para estas esferas, pero sí queremos afirmar con ello que las presuposiciones básicas del saber humano se hallan únicamente formuladas en la ciencia que se ocupa de Dios y de las relaciones de Dios con el universo, ciencia que se nutre de la propia Revelación de Dios[9]de ahí su nombre: Teología.

Por ciencia entendemos la observación de ciertos hechos y el arreglo de los mismos en un sistema ordenado. La ciencia es siempre conocimiento sistematizado. Dos métodos principales ayudan en la tarea científica: el deductivo y el inductivo.

  • a) El método deductivo -«a priori»- que va de la causa al efecto. A partir de una regla general, admitida por todos, procede a su aplicación particular.

  • b) El método inductivo -«a posteriori»- que va del efecto a la causa. A partir de lo particular alcanza lo general. Exige una gran labor de investigación y comprobación. Las ciencias físicas dependen mayormente de la inducción: algunos científicos pretenden que es el único método válido. Pero tal afirmación es arbitraria porque cada ciencia tiene sus propios métodos. El Prof. Kevan afirmaba que la Teología tiene su propio método y no tiene que ser inductiva siempre. La deducción no es menos científica que la inducción.

Aplicados a la Teología estos métodos, operan de la siguiente manera:

I) El método inductivo es mayormente apto para la Teología Bíblica. Después de examinar una gran cantidad de ejemplos de la ira de Dios en contra del pecado, llegamos a la conclusión de que Dios odia el pecado. Se trata de hechos descubiertos por métodos histórico-críticos.

II) El método deductivo conviene mayormente a la Teología Sistemática. Por este sistema se llega a muchas proposiciones. Y de estas proposiciones se infieren los hechos. Por ejemplo, sabemos que Dios recibe a los pecadores arrepentidos (principio general), por consiguiente debo sacar la conclusión de que me recibirá a mí si acudo como pecador arrepentido (resultado particular).

Cuando el conocimiento ha sido sistematizado, tiene dos formas de expresión:

Descriptivo, como la exposición de las leyes de la naturaleza.

Normativo, que es el que mejor conviene a la Teología, pues tiene que ver con grandes principios, y normas; se trata de valores espirituales, de realidades eternas que deben imponerse con autoridad a nuestra conciencia si hemos de ser entendidos en el conocimiento y en la voluntad de Dios. Este procedimiento es deductivo, pues deducimos de la norma general lo que debe ser cada caso particular.

Los resultados, sin embargo, no son nunca absolutos o exhaustivos. La Revelación de Dios es como un pozo sin fondo en el que todos los siglos y todas las generaciones irán a beber sin que se agote jamás.

Esto nos conduce al tema que será objeto de la lección siguiente.

LECCION 7

3). Los límites del conocimiento teológico

El sabio y piadoso obispo anglicano del siglo pasado, Westcott, decía que la Teología era «una aproximación progresiva y parcial, de la expresión intelectual de la verdad manifestada a los hombres». La expresión intelectual de la verdad es la meta de la investigación teológica, pero ahora sólo conocemos en parte en espera del día cuando conoceremos como somos conocidos por Dios (1Cor. 13:12).

Al enumerar los límites que condicionan nuestro conocimiento teológico, el Prof. Kevan menciona los siguientes:

  • 1. - La finitud del entendimiento humano (Job 11:7; Romanos 11:33). No podemos saberlo todo.

  • 2. - El estado imperfecto de las otras ciencias, tanto naturales como metafísicas (filosofía) o morales. Traemos a nuestra preocupación teológica problemas que están más allá de nuestra capacidad de comprensión y de investigación, tal es el estado imperfecto de las ciencias humanas. Por ejemplo, el problema de la libertad del hombre.

  • 3. - Lo inadecuado del lenguaje humano. Por ejemplo, la expresión «Personas» para hacer referencia a las «tres Personas de la Trinidad».

  • 4. - Lo incompleto de nuestro conocimiento de las Escrituras.

  • 5. - El silencio de la Revelación bíblica sobre ciertos temas, como por ejemplo el del origen del mal (Deuteronomio 29:29).

  • 6. - La falta de discernimiento espiritual.

Es imposible alcanzar el conocimiento de Dios solamente por medio del intelecto; para saber de las cosas divinas, el corazón debe acompañar a la inteligencia «Las cosas humanas decía Pascal hay que conocerlas primero para poder amarlas después; pero las cosas divinas deben ser primero amadas para luego ser conocidas.» Es obvio que nuestra capacidad de amar es tan imperfecta como la de conocer y como ésta se trata de una actividad progresiva para alcanzar objetivos parciales.

La Teología, pues, nos hace modestos. Nos invita a la humildad.

Además, vale tanto para el teólogo como para el simple creyente, el dicho de Jesús: «El que quiera hacer la voluntad de mi Padre, conocerá si la doctrina es de Dios» (Juan 7:17), que establece una indisoluble conexión entre el estado de nuestra voluntad y las posibilidades de nuestro conocimiento. La aprehensión de las realidades divinas, es sólo posible mediante un dinamismo que compromete a la totalidad del ser humano. Diríamos que hemos de conocer a Dios aunque sea imperfecta y parcialmente con la totalidad de nuestras facultades, o no lo conoceremos de ninguna manera. También Pablo nos advierte que para conocer la «buena voluntad de Dios, agradable y perfecta» hemos de ser transformados por «la renovación de nuestro entendimiento» (Romanos 12:1, 2). Y lo dice a creyentes.

«Conocemos la verdad afirma Strong en la misma proporción en que estamos dispuestos a «hacer la verdad»; sólo la santidad comprende a la santidad y sólo el amor es capaz de entender al amor (Cf. Juan 3:21).

La fe es, pues, la más alta cima de conocimiento. Mobiliza íntegramente todo el ser humano y le da un discernimiento que no es solamente la visión de los ojos, sino la visión de la mente, de los sentimientos y de la voluntad. Son muchos los teólogos que han definido la fe como la acción conjunta de la inteligencia y la voluntad[10]Por la fe conocemos (Hebreos 11:3). También el corazón -entendido por los hebreos como expresión para hacer referencia al núcleo personal, más íntimo de nuestro ser, que incluye la sensibilidad moral y espiritual y la voluntad- es órgano de conocimiento (Mateo 5:8). Dios tiene que ser experimentado, «probado» (Salmo 34:8).

LECCION 8

LOS GRANDES TEMAS DE LA TEOLOGÍA

Los grandes temas de la teología no son otros que los grandes temas de la revelación bíblica.

  • 1) Los grandes temas de la Teología bíblica

El tema central es la cruz de Cristo punto focal de toda Teología y a partir de ella fluyen todas las demás realidades divinas. Como lo expresó Lutero: «La Teología de la cruz es la Teología de la luz.»

«El mensaje central de la Biblia escribe F. F. Bruce[11]es el Pacto de Dios con los hombres.» A partir de este concepto del Pacto hallamos el hilo conductor de toda la historia de la salvación, la cual toma en ambos Testamentos tres aspectos fundamentales, según el autor citado:

  • 1) El Dador de la salvación,

  • 2) El camino de la salvación,

  • 3) Los herederos de la salvación.

«Esto mismo podría ser expresado de otra manera, en términos del Pacto» añade F. F. Bruce:

  • 1. El Mediador del Pacto,

  • 2. Las bases del Pacto,

  • 3. El pueblo del Pacto.

Dios mismo es el Salvador de su pueblo; es Él quien confirma su Pacto misericordioso. El Mediador del Pacto, el Dador de la salvación, es Jesucristo, el Hijo de Dios. El camino de la salvación, las bases del Pacto, lo constituye la gracia de Dios que demanda de su pueblo una respuesta de fe y de obediencia. Los herederos de la salvación, el pueblo del Pacto, son el Israel de Dios, la Iglesia de Dios.

El mensaje central de la Escritura, lo que le da su unidad básica y maravillosa, es el fruto de la voluntad salvadora del Dios Trino: el Padre que llama a la salvación a los hombres; el Hijo que efectúa dicha salvación y el Espíritu Santo que la aplica haciéndola fructificar para santificación (1.a Pedro 1:2).

Dios ha dado a conocer este mensaje muchas veces y de muchas maneras (Hebreos 1:1) y la Teología Bíblica sigue el camino de esta historia y de estos modos diversos de revelación para descubrir su mensaje básico y su consistencia interna fundamental. En efecto, la pluralidad de manifestaciones reveladoras de Dios, no es obstáculo para la unidad esencial de sus propósitos en orden a la revelación y a la salvación de los hombres. La Ley mosaica, la liturgia levítica, la piedad del salterio y la sabiduría de los escritos sapienciales son otros tantos aspectos que contribuyen, cada uno en su medida, a expresar la historia de la salvación, el Pacto de Dios con los hombres. En todas estas facetas de la múltiple manifestación de Yahveh, discernimos la misma voluntad salvífica, la misma oferta de gracia, los mismos requisitos (arrepentimiento, confesión y dependencia de la gracia divina para el perdón) para obtener la salvación así como las mismas condiciones para tener paz, gozo y vida eterna. Los instrumentos pueden variar y varían de un Testamento al otro pero la finalidad salvadora de Dios no cambia jamás. El es siempre el mismo, tanto en su carácter como en sus propósitos redentores.

La Teología Bíblica se ocupa, por consiguiente, de las doctrinas del Pacto, la Ley, el Profetismo, el Reino de Dios, y Evangelio, el apostolado, la Revelación especial, la Iglesia, la escatologia, etc., en su mismo devenir histórico[12]y en su mutua concatenación e inter-relación progresivas.

LECCION 9

  • 2) Los grandes temas de la teología sistemática

Si consultamos a Strong, nos dirá que los grandes temas de la Teología Sistemática son los siguientes:

  • 1. La existencia de Dios,

  • 2. La Escritura como revelación de Dios,

  • 3. La naturaleza de Dios, sus decretos y sus obras,

  • 4. El hombre, desde su semejanza original con Dios y su consiguiente depravación,

  • 5. La redención, por medio de la obra de Cristo y por el Espíritu Santo,

  • 6. La naturaleza de la Iglesia Cristiana,

  • 7. El final del estado presente de cosas.

Louis Berkhof sigue, casi en el mismo orden, igual temario, con la omisión sorprendente para nosotros y que no resta mérito al valor de su obra pero que sí la hace incompleta de la Biblia como Revelación inspirada del Señor. Unicamente trata de la Biblia como medio de gracia en la sección dedicada a los sacramentos[13]Strong es mucho más completo aquí y también la excelente obra de Charles Hodge.

Nosotros opinamos, sin embargo, que el tratado sobre la revelación y por ende, sobre la inspiración y la autoridad de las Escrituras debe ser el primer capítulo de teología, dado que ésta es factible únicamente porque la Revelación es un hecho. Hemos de empezar, pues, por |n es el fundamento y la justificación de la labor teológica.

  • 1. La doctrina de la Biblia "Bibliología"

  • 2. La doctrina de Dios "Trinitarianismo o Teología propia"

  • 3. La Doctrina de los Ángeles "Angeología"

  • 4. La Doctrina del hombre "Antropología

  • 5. La Doctrina del Pecado "Hamartiología"

  • 6. La Doctrina de la persona y la obra de Cristo "Cristología"

  • 7. La Doctrina de la Salvación – Redención "Soteriología"

  • 8. La Doctrina de la iglesia "Eclesiología"

  • 9. La Doctrina del Espíritu Santo "Neomatología"

  • 10. La doctrina de los últimos Tiempos "Escatología".

3) Los grandes temas de la Teología Histórica

James Orr, en su obra The Progress of Dogma, estableció una relación entre la lógica y el desarrollo que siguió la Teología a partir de la época post-apostólica. Es decir, al considerar la marcha de la reflexión teológica nos preguntamos que ha seguido lógicamente el camino que cabía esperar para profundizar en las grandes verdades de la Revelación divina, haciendo frente, al mismo tiempo, a los errores que se le oponían.

Siglo II – Apologética, para armonizar las exigencias del conocimiento intelectual con el Evangelio.

Siglos III – IV – Disputas teológicas sobre la naturaleza de Dios. Monarquismo (sobre el Padre), arrianismo (sobre el Hijo) y macedonianismo (sobre el Espíritu Santo).

Siglo V- -Controversias antropológicas: Agustín contra Pelagio.

Siglos V- VII – Controversias cristológicas: apolinarismo, nestorianismo, eutiquianos, monofisitismo.

Siglos XI – XVI – Controversias soteriológicas. La doctrina de la expiación. Anselmo escribe su Cur Deus Homo?

Siglo XVI- -Controversia soteriológica: la aplicación de la salvación. La justificación por la fe.

Controversia eclesiológica: la autoridad de la Escritura norma para la Iglesia.

Siglos XVII – XX – Controversias con el racionalismo, el romanticismo y el existencialismo: la autoridad divina y los fundamentos de la fe.

Controversia escatològica dentro del seno de la Cristiandad Evangélica: amilenialismo, premilenialismo, y postmilenialismo. Controversia dispensacionalista. Teología de la Iglesia. Teología de las realidades seculares.

LECCION 10

LOS GRANDES TEOLOGOS

1. Los grandes teólogos de la Iglesia

Las disputas cuyo bosquejo hemos dado en la lección anterior, pusieron de manifiesto los grandes dones que Dios fue levantando en medio de su pueblo, a lo largo de los siglos. Estos hombres que Dios concedió a su Iglesia no fueron infalibles, pero sí hicieron valiosas aportaciones a la comprensión del mensaje infalible revelado en las Escrituras. Ciertamente, Dios ha dado a su pueblo «pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo» (Efesios 4:11, 12)

A) Primer período

1. – Oriente:

  • Orígenes, el primer teólogo sistemático (De Principiis). Año 218. Excesivamente condicionado por la cultura secular de su tiempo.

  • Atanasio, el gran defensor de la plena divinidad de Jesucristo (De Incarnalione). El concilio de Nicea.

  • Juan Damasceno escribió la primera obra de Teología Sistemática (Sumario de la Fe Ortodoxa). Años 700 – 760.

2. – Occidente:

  • Agustín, uno de los teólogos más inquietos, que versó sobre la doctrina de Dios (De Trinitate), sobre la gracia (De Correptione et gratia) y sobre la antropología bíblica en oposición a Pe-lagio (De Gratia et Libero Arbitrio). Años 400 – 450.

B) La Edad Media (1100 – 1300)

Época del escolasticismo. La Teología quedó cada vez más condicionada a los gustos filosóficos de la época y a la autoridad de la jerarquía romana. Hubo, no obstante, grandes aportaciones teológicas:

  • Anselmo, sobre la doctrina de la expiación (Cur Deus Homo?) Años 1033-1109.

  • Pedro Lombardo escribió cuatro libros de sentencias teológicas que llegaron a ser el libro de texto de la Iglesia romana. Año 1164.

  • Tomás de Aquino, el príncipe de la teología escolástica (Summa Theologica) cuyo pensamiento es todavía oficial en la Iglesia romana. Años 1221 – 1274.

  • Juan Duns Scoto fue el oponente de Aquino en muchos aspectos. De ahí surgió la polémica entre tomistas y escotistas. El escolasticismo tendía cada vez más a exaltar la razón y las posibilidades de probar verdades divinas por métodos simplemente racionales. Años 1265-1308.

C) La Reforma (siglo XVI) para el próximo lunes

Fue la época de los Credos y Confesiones de Fe en los que las Iglesias de la Reforma expusieron sus doctrinas en contraposición a la enseñanza de Roma.

  • Melanchton escribió un manual de dogmática para exponer la fe de la Reforma en sus primeros años (Loci Communes). Años 1497-1560.

  • Zwinglio (Sobre la verdadera y la falsa Religión) discernió mejor que Lutero la doctrina de los sacramentos y la aplicación social de los grandes principios reformados. Años 1484 – 1531.

  • Geronimo Sabonarola.

  • Lutero, expulsado de la Iglesia romana por predicar la superioridad de la Biblia sobre la Iglesia y por enseñar la salvación por la sola fe (De Servo Arbitrio). Años 1485 – 1546.

  • Calvino fue el más grande teólogo de la Reforma, así como uno de los más excelentes comentaristas bíblicos que ha tenido la Iglesia de todos los tiempos (Institución de la Religión Cristiana, Comentarios a casi la totalidad de los libros de la Biblia). Años 1509-1564.

D) Período Moderno (desde el siglo XVII hasta hoy) Como ya dijimos en la lección anterior, la Iglesia ha tenido que hacer frente durante este período al racionalismo, al romanticismo que exaltó los sentimientos y al existencialismo que vindicó lo subjetivo por encima de toda objetividad, amén de todas las mezclas que estos sistemas han producido. Los teólogos más destacados durante estos siglos no desmerecen en nada de cuantos les precedieron, pero han tenido que enfrentarse con una nueva, trágica y paradójica situación: la incredulidad ha asaltado las cátedras de muchas universidades y seminarios y ha pretendido hacer pasar por Teología lo que no es más que filosofía.

2. La Teología evangélica moderna

El pensamiento reformado, evangélico, ha dado vigorosas y profundas aportaciones que sería prolijo enumerar aquí. Lo que sigue no es más que un aproximado bosquejo del pensamiento teológico evangélico en los últimos siglos.

En el siglo XVIII destaca Jonathan Edwards (1703-1758) quien no sólo brilló como pensador y teólogo sino como evangelista, produciendo un gran avivamiento espiritual en América. En él tenemos al evangelista teólogo soñado por muchos.

En el campo de la exégesis, debemos mencionar el llamado «trío de Cambridge»: B. F. Wescott (1825-1901), J. B. Lightfoot (1828-1889) y F. J. A. Hort (1828-1892). Los tres ganaron fama por la publicación del mejor texto griego del Nuevo Testamento de su tiempo; también por los excelentes comentarios bíblicos que publicaron y por sus glosas a los escritos pos-apostólicos, de tal manera que no sólo vindicaron la autenticidad y la veracidad del Nuevo Testamento (tan mal parado en manos de los críticos de Tubinga) sino que han venido a ser «clásicos» en sus especialidades. Eminente teólogo fue también James Orr.

En Alemania, adquieren relieve las figuras de E. VV. Hengstenberg (1802-1869) y Theodor Zahn (1838-1933) en el campo de la Teología Bíblica, siendo el primero especialista del Antiguo Testamento y el segundo del Nuevo.

En Estados Unidos, la aportación de la llamada «Escue¬la de Princeton» es sobresaliente por el número de eruditos bíblicos que da a la Iglesia. El Seminario de Princeton, en el siglo pasado y a comienzos del presente, era un verdadero laboratorio de saber bíblico-teológico y un santuario de piedad al mismo tiempo. Fue el hogar de teólogos de la talla de Charles Hodge (1797-1878) y B. B. Warfield (1851- 1921). Profesores de Princeton fueron también: G. Vos, Ned Stonehouse, J. G. Machen. Prominente entre los teólogos americanos es H. A. Strong.

En Holanda fueron figuras señeras a comienzos del siglo Abraham Kuyper teólogo y hombre de Estado y H.Bavink. En la actualidad, destacan Berkouwer y Doo yewerd. La serie monumental de los Estudios de Teología Dogmática de Berkouwer sólo tiene parangón, en la estima de muchos, con la Dogmática de Karl Barth y constituyen el proyecto teológico de más envergadura de nuestra época.

A los ya citados, hay que añadir los teólogos Bernard Ramm, Carl H. F. Henry, James I. Packer, Klaas Runia, Harold Kuhn y Henry Blocher, entre otros. Sus nombres no aparecen en la prensa como los de Bultmann, Tillich o Robinson, porque no son dados al escándalo intelectual ni a la inconsecuencia, sino a la fiel exposición de la Palabra de Dios.

Nuevas corrientes religiosas y teológicas, un problema para la iglesia de hoy

INTRODUCCION:

La aparición de muchos movimientos religiosos de estos últimos tiempos, es un gran problema que está causando una tremenda confusión en nuestras Iglesias. Estos movimientos y corrientes religiosas y Teológicas vienen acompañados con sorprendentes SEÑALES Y MILAGROS que traen OTRO EVANGELIO, OTRO JESUS, OTRO ESPIRITU, OTROS PROPOSITOS DIABOLICOS. ETC, Cuando vemos la palabra del Señor en los pasajes que mencionamos dicen que seremos engañados en las diferentes maneras como lo vemos: Maligno

  • 1. 1tim. 4:1. Ensañados por LAS DOCTRINAS DE LOS DEMONIOS.

  • 2. Mat 24:24. Engañados por los FALSOS PROFETAS en la misma Iglesia.

  • 3. Col. 2:8. Engañados por FILOSOFIAS Y TRADICIONES HUMANAS.

  • 4. Luc. 21:8. Engañados por los FALSOS CRISTOS QUE VIENEN.

  • 5. 2Cor. 11:3-4. Engañados por OTRO EVANGELIO FALSO.

  • 6. 2Cor. 11:13-15. Engañados por OBREROS Y PREDICADORES FALSOS.

  • 7. 2Tes. 2:9-10. Engañados por los que hacen SEÑALES Y MILAGROS.

  • 8. Apoc. 12:9. 2Cor. 11:14. Engañados por el mismo DIABLO Y SATANAS.

Y todas estas citas bíblicas están relacionadas a los acontecimientos dé los últimos tiempos, y me parece que eso se va cumpliendo cuando cada vez se nota que nuestras Iglesias y hermano(a)s son confundidos muy a menudo por las corrientes religiosas que hay en medio de la misma Iglesia y los lideres que muchas veces no siempre estamos de acuerdo con muchos de los conceptos que hay entre nosotros.

  • 1. CORRIENTES TEOLOGICAS

Las corrientes Teológicas Evangélicas, no son religiones formadas sino son movimientos que se introducen con sus doctrinas y conceptos erróneos, antibíblico, a las diferentes Iglesias organizadas, sean fundamentalistas. Evangélicas, o Protestantes, eso es lo peligroso de estos movimientos y corrientes que se infiltran muy fácilmente y hacen problemas y causan divisiones en la Iglesia, algunos de ellos hasta ofrecen conferencias gratuitas para las Iglesia, los pastores y líderes, y hasta ofrecen becas para los interesados en el extranjero o en el país y así ganan a nuestra juventud que son el futuro de nuestras Iglesias, y a veces no nos damos cuenta de eso. Estamos rodeados de esos movimientos Teológicos más que antes veamos algunas de ellas que son como – sigue:

  • 1. TEOLOGIA NATURAL los que estudian a Dios solo a la luz de su razón y Conocimiento humano, sin la Biblia ni ayuda del Espíritu Santo, estos causan problemas en nuestras Iglesias y los Hnos. En general, debemos cuidarnos bien.

  • 2. TEOLOGIA DOGMATICA son los que han hecho un estudio a Dios solo los oficiales de la Iglesia, y la feligresía tiene que aceptar calladamente sin discusión alguna como/en la Iglesia Católica Romana, Mahometanos, Mormones etc.

  • 5. TEOLOGLA DE LA PROSPERIDAD los que dicen que el Cristiano no debe ser todo el tiempo pobre, si creemos en un Dios rico y dueño de todo lo que hay. Entonces ¿ cómo no nos dará su riqueza Dios? así dicen que los pobres no deben estar todo el tiempo pobre, tienen que salir de su pobreza etc.

    • 6. TEOLOGILA ANDINA Los que dicen que Dios se manifiesta a través de la Pacha Mama y sus ritos según la costumbre de cada pueblo o región etc.

    Por supuesto que hay muchas otras corrientes teológicas que hay para descubrir, quizás otros Hnos. se^an de esto, pero yo digo solo lo que escuché o de lo que he visto en algunos casos, pero ahora podemos hablar mucho más de estas cosas.

    • 2. CORRIENTES CARISMATICAS ESPIRITUALISTAS

    Si hablamos de estos movimientos carismáticos, en otras palabras seria los pentecostales que son de extrema posesión salidos de la realidad en que vivimos. Ellos promueven un nuevo Pentecostés sobre las Iglesias y denominaciones enteras llamando a un BAUTISMO EN EL ESPIRITU SANTO O UNCION DEL ESPIRITU SANTO, ellos llaman a una segunda experiencia o bendición de lo alto que es acompañado con manifestaciones especiales, temblores, caídas de espaldas, hablar lenguas, recibir profecías, ver visiones, sanar enfermos, liberación de demonios, ayunar y hacer vigilias sorpresivamente en cualquier momento, etc.

    Veamos pues las manifestaciones que tienen como ministerios formados o pastores especiales, o hermano(a)s ungidos o llamados.

    • 1. LOS SOÑADORES ellos solo saben decir que el Señor les ha hablado en sus sueños y les ha mandado a proclamar su palabra, presentan textos que hablan de los sueños Joel 2:28-32, y hablan cosas que confunden a la Iglesia y Hnos.

    • 2. LOS VISIONARIOS Ellos dicen que el Señor les habló en Visión y les mando mensaje especial a que van a predicar en las Iglesias y así caprichosamente quien en hacer sus cosas, y si no se aceptan maldicen a los pastores o líderes de tal Iglesia.

    • 3. LOS MILAGREROS Su texto base es Mar. 16:17-18, y otros con las cuales dicen que harán milagros, para ello juntan varias Iglesias y hacen Campañas Unidas donde llaman a los enfermos para sanar, pero no se ve sanidades, ellos en sus oraciones por los enfermos hasta hablan lenguas extrañas, pero nada hay.

    En ello hay más burla y desprecio al evangelio del Señor, cuando no hubo nada.

    • 4. LOS SANADORES son casi como los Milagreros, dicen que no debe haber los enfermos, dicen que si creemos en un Dios poderoso tiene que sanamos, y hacen las oraciones de toda forma para sanar y no pueden sanar y si quedan ellos mismos confusos, dicen que no tienen fe, alguien estaba dudando y le ha hecho fracasar etc.

    • 5. LOS UNGIDORES CON ACEITE Hay muchos ministerios que andan en el Mundo haciendo ungimientos en las Iglesias y a los pastores y lideres, muchas veces ha llegado también aquí y se han hecho congresos, su texto base es Mar. 6:13. Stg 5.14. y otros, cuando ungían mucha gente se caía atrás de espaldas, y muchos de nosotros pastores hemos tenido que ayudar a los caídos.

    Esta gente tiene mucha influencia en nuestras Iglesias y causa problemas serios.

    • 6. LOS LIBERADORES Los que hacen liberaciones de las enfermedades, de las ataduras de los demonios, de los embrujados, para ello hacen oraciones largas, hacen imposición de manos a veces entre varios, ayunos vigilias etc. Parece que a veces tuvieran resultados positivos, entonces muchos de la Iglesia creen que es cierto que tienen poder ¿y nosotros no? Esto es otro problema para nuestras Iglesias y causa división entre los hermanos y hermanas etc.

    • 7. LOS EXORCISTAS Estos son los que se dedican a botar los demonios según ellos, aún dicen hacer hablar a los demonios y preguntan sobre muchas cosas y algunos hasta han grabado lo que han hecho hablas, y después de votar' a los demonios hacer sanar- a las personas, esto ha causado a veces una admiración y Mucha gente que cree que esto es verdad, ahora nosotros ¿qué decimos de esto?

    • 8. LOS GUERREROS ESPIRITUALES son un grupo de personas que andan y dicen estar en guerra contra el Diablo, siempre están visitando a las Iglesias y están haciendo ayunos cualquier momento, vigilias en cualquier momento, cultos especiales de guerra, están siempre haciendo oraciones, están siempre purificando lugares altos o sea cerros, ellos piensan que desde esos cerros los demonios están gobernado la ciudad, y casi siempre van a los cerro«, a hacer ceremonias de la purificación, como también en las plazas dé los-pueblos y ciudades etc.

    • 9. LOS NUEVO LENGUISTAS son los que dicen que si uno ha sido bautizado con el Espíritu Santo, debe hablar nuevas lenguas como en el Pentecostés, citan en Hch. 2:4. 10:44-47. Y otros pasajes más, y hacen creer a los Hnos. y así confunden a la Iglesia y causan también problemas en nuestras Iglesias.

    Dicen que si no hablan lenguas, entonces no han sido bautizados en el Espíritu Santo por lo tanto son carnales y no espirituales, así lo dicen fríamente,

    • 10. LOS DE LA RISA SANTA Son un grupo de pastores que proclaman una risa Llamada santa, se basan en Filip.4:4. Y oíros pasajes, ellos entran á las Iglesias que son Pentecostales o a los que los reciben, yo fui una vez testigo presencial de este acto que hicieron en Lima, se reían y no se cansaban, danzaban con los ojos cerrados, chocaban en las bancas, mesas y todo cuanto había se reían en carcajadas y hicieron por lo menos corno 4 horas, esos pastores dijeron que eran de Caracas Venezuela, era una Iglesia de Avivamiento a la que fui invitado, quizás dirán que Aquí eso no hay, pero llegaran en momentos menos pensado, para lo cual debemos Estar preparados cuanto antes.

    • 11. LOS LIBERALES Son hermanos y hermanas aún en medio de nosotros pudiera haber, son los que dicen que si se puede tomar bebidas alcohólicas un poco, con tal que no se haga daño a nadie, dicen también que si se puede bailar moderadamente dicen que no se puede – aislarse totalmente de sociedad en que vivimos, y así tienen libertad para hacer seguramente otras cosas también, frente a estas cosas ¿qué decimos nosotros los líderes y pastores?.

    III. LAS ALTERNATIVAS FRENTE A ESTAS CORRIENTES

    Nos preguntamos ahora todos, ¿Qué debemos hacer frente a estas corrientes que nos están rodeando a nosotros a nuestras Iglesias? ¿Qué hacer como pastores y lideres? Satanás el Padre de Mentira, y Ángel de Luz está entrando en nuestras Iglesias causando problemas entre, los mismos hermanos y hermanas, humildemente surgieron algunas pautas que debemos hacer y tener siempre presente. Veamos así:

    • 1. QUE LA PALABRA DE DIOS SEA LA UNICA MEDIDA DE LA FE. tenemos advertencias de San Pablo en Hch.20:27-31, que nos amonesta que los pastores debemos cuidar a la Iglesia dé los peligros de afuera y de adentro, y cuidar de nosotros mismos también, 2Tim.3:15-17, que la palabra inspirada de Dios sea lo que tengamos que ensenar a la Iglesia, Hb.1:1-3. Que Cristo es el único Señor a quién tenemos que dar honor y gloria por todo o, que hizo por nosotros.

    • 2. QUE EL ESPIRITU SANTO SEA NUESTRA GUIA El. Señor Jesús nos ha Dicho que seamos guiados por el Espíritu Santo siempre a toda verdad, así dice en Juan16:13.

    • 3. QUE SEAMOS FIRMES EN EL SEÑOR San Pablo nos exhorta en Ef.4:14-15 que no seamos niños arrastrados por los engañadores, sino fuertes en Cristo Jesús creciendo siempre en la vida espiritual.

    • 4. QUE RECHACEMOS TODO TIPO DE ENGAÑADORES El. Señor nos dice que debemos rechazar toda fuerza del enemigo Satanás Luc.10:19. 2Cor.10:4-55.

    Ef.6:10-18. Un. 3:8. Esto solo podemos hacer en el nombre del Señor Jesús. Reconocemos que el Señor Jesús hace sus milagros de sanidad y otras según su Voluntad, pero no de la manera en que ellos nos hacen ver o nos obligan a que hagamos, en Juan 5:1-9, Jesús solo sano a un enfermo y no a todos como hoy en día hacen los milagreros y sanadores, aunque no sanan a nadie de verdad, en cada milagro que hacia el Señor dijo que no lo dijeran a nadie, San Pablo mismo dice que tenia dolencias muy fuertes 2Cor. 12:7-10. ¿qué sería de la vida si todos fueran sanos y no hubiera enfermos? Pero Dios sabe a quién sanar, y a quién no.

    El hablar en lenguas no siempre es señal de estar llenos del Espíritu Santo, hay gente que sin ser creyente hablan muchas lenguas, más bien debemos llevar los Frutos del Espíritu Santo como dice en Gál. 5:22-23. Ahora veamos juntos estos asuntos y saquemos un buen tr abajo sobre estos asuntos.

    Bibliología

    • INTRODUCCION

    Bibliología, es el estudio de la Biblia, "Biblos" "biblion" "Logos" (Pergamino, rollo, libro", estudio. También se conoce como "Doctrina de las Sagradas Escrituras".

    Dios se revela a Si mismo, hablando con misericordia y ternura, revelando su plan maravilloso que él ha ideado desde antes de la creación del mundo. Ahí está su plan de salvación para cada ser humano que se arrepiente y cree en su mensaje. Este tiene el privilegio de ser redimido, perdonado y de ser hecho un hijo suyo, para así andar con su Padre celestial en una vida de Santidad y luego estar con él, por toda la eternidad.

    • Términos usados en la misma Biblia

    Monografias.com

    • Actitudes hacia la Biblia

    • El racionalismo. En su forma extrema dice que no hay ningún tipo de revelación sobrenatural. El moderado reconoce que hay revelación divina, pero que la razón divina es la que determina su validez.

    • La Iglesia Católica Romana. Puesto que la Iglesia ha dado origen a la Biblia, el magisterio eclesiástico[14]tiene la última palabra en cuanto a su contenido.

    • La ortodoxia[15]La Biblia es la única y suprema autoridad del cristianismo en materia de fe y conducta

    • El Misticismo. La autoridad final se encuentra en la experiencia humana juntamente con la Biblia.

    • La Neo-ortodoxia. La Biblia es solamente un testigo de la verdadera Palabra de Dios: Cristo. No es la declaración de Dios al hombre, sino que llega a ser revelación hasta que el hombre perciba en su experiencia. Pasajes como Génesis 3 no deben entenderse como historia literal.

    • Las Sectas. En general, la Biblia es sólo una de las fuentes de autoridad secundarias con relación a los escritos de sus líderes.

    • REVELACIÓN

    Un conocimiento objetivo de Dios – que representa la meta de la teología – sólo se puede dar en la medida que Dios se da a conocer. Las premisas del saber científico y del conocimiento objetivo presuponen que cualquier objeto ha de ser estudiado y "conocido" de acuerdo a su propia naturaleza sólo en la medida que este objeto se nos presenta, se nos manifiesta, se nos revela. Ya sea que se trata de un objeto empírico que se da a conocer a nuestros sentidos, ya sea que se trata de un objeto / sujeto personal que se da a conocer a nuestra conciencia, nuestro conocimiento presupone la auto-manifestación del objeto. En este sentido sólo puede haber conocimiento en la medida que hay revelación. Por tanto, sólo puede haber conocimiento de Dios en la medida que Dios mismo se dé a conocer. "Solo por Dios mismo podemos conocer a Dios."[16]

    Por otro lado, observamos que existe un gran número de religiones y que cada una afirma estar basada en una revelación. Incluso podemos decir que la validez de una religión depende de la validez de la revelación en que está basada. Si no hay revelación la religión es vana.[17] Cada religión procura contestar la pregunta de "¿Cómo puedo ser salvo?" y se centra en tres centros de conceptos religiosos: una enseñanza en cuanto a Dios (teología), una enseñanza en cuanto al hombre (antropología) y una enseñanza en cuanto a la restauración del hombre (soteriología).[18] Cada una de estas cosas presupone la necesidad de una revelación.

    Dentro del mundo moderno encontramos corrientes intelectuales que ponen en tela de juicio la revelación. El deísmo afirma el derecho de la razón a jugar la revelación. Lo que no es compatible con la razón se rechaza. El agnosticismo afirma que es imposible llegar a conocer a Dios. El racionalismo afirma que la revelación únicamente se da en la naturaleza y en la historia. Corresponde a la razón encontrarla.[19]

    Esto nos muestra que hay ciertas filosofías o cosmovisiones, ciertas perspectivas intelectuales, que no pueden acomodar la idea de un revelación. Si el naturalismo y el materialismo niegan la realidad de cualquier ser metafísico o sobrenatural, obviamente no pueden dar cabida a la revelación. Igualmente, si el panteísmo identifica a Dios con la totalidad de la realidad, ya no puede concebir de un ser sobrenatural que se comunica con el hombre.[20] Esto nos muestra que la revelación de por sí presupone:

    (1) la existencia de un ser personal / divino que se da a conocer,

    (2) la realidad de una verdad, hecho o evento que no se conocía antes de recibir esta revelación,

    (3) la realidad de un ser humano a quien se le hace la revelación.[21]

    Estas observaciones nos precinten ver con mayor claridad que no es posible estudiar el tema de la revelación con neutralidad, porque las presuposiciones del investigador determinan de antemano si para él tal revelación es siquiera posible. En un momento veremos la implicación de esta observación.

    Nos acercamos al tema de la revelación no como investigadores indiferentes (supuestamente neutrales), sino como personas comprometidas con la fe cristiana. Aunque resulta importante notar que el mismo conocimiento objetivo demuestra la necesidad de una revelación y notar que no puede haber religión sin revelación, es más significativo para nosotros observar que la Biblia muestra la necesidad de una revelación para que el hombre conozca a Dios.

    La Biblia nos dice que por la misma naturaleza de Dios y por la naturaleza del hombre, la criatura no puede acercarse al creador (Is.45:15 55:9 1Tim.6:15,16).[22] Esto es parte de la realidad creada del hombre. Además, la caída del hombre (Gén.3) ha roto la relación que el hombre tenía con Dios en un principio (1 Cor.2:14 2 Cor.4:4). El hombre tiene que nacer de nuevo para poder conocer a Dios (1 Cor. 2:9 – 10).[23] Dentro del mismo contexto de los últimos pasajes citados volvemos a ver la verdad que ya establecimos por otra parte, que sólo Dios puede dar a conocer a Dios (1 Cor. 2:11).[24] La misma Biblia nos muestra que el hombre no puede conocer a Dios sin la ayuda de Dios.

    A veces – especialmente en círculos católicos romanos – se habla de una distinción entre revelación natural y revelación sobrenatural. Tal distinción puede tener algún valor para distinguir entre los medios usados en la revelación, pero en el fondo debemos reconocer que la revelación es sobrenatural. Es el acto personal de Dios quien en su gracia se da a conocer, ya sea en la naturaleza, la conciencia, una profecía o en la misma persona de Jesucristo.[25]

    Nos hemos adelantado al citar textos de la Biblia. En sí nos falta primero definirnos ante la multiplicidad de religiones y la multiplicidad correspondiente de revelaciones. ¿Cuál debe ser nuestra actitud? ¿Debemos adoptar una posición "neutral", "científica", "desprendida", que mira toda religión y toda "revelación" como igual? Hay dos dificultades con esta posición.

    Por un lado el investigador que toma toda revelación como equivalente, como de igual valor, realmente niega que ninguna sea verdaderamente revelación. Esto implica que no está siendo verdaderamente objetivo, porque no mira el objeto de su investigación como lo que pretende ser, es decir, una revelación. Para él no es una revelación. Puede ser un fenómeno religioso, sociológico, cultural, pero no lo acepta como revelación. Al aceptarla dejaría de ser neutral.

    Por otro lado, hemos visto ya que muchas corrientes intelectuales modernas no pueden de por sí aceptar la posibilidad de una revelación. Las presuposiciones del investigador le impiden ver la revelación como lo que es de veras.

    Afirmamos que una actitud científica no implica necesariamente una indiferencia ante los datos que estudiamos, sino más bien una claridad en cuento a las presuposiciones que adoptamos.[26]

    Afirmamos que el estudio objetivo de la revelación de Dios sólo se puede hacer aceptando esta revelación como tal. Tenemos que aprender de la misma revelación para saber qué es una revelación.[27] Frente a las demás religiones y "revelaciones" afirmamos que "aquello que aparece en el paganismo sólo como caricatura, llegó a ser en Israel sombra e imagen y en el cristianismo verdadera realidad espiritual."[28] Es la revelación adoptado por la fe cristiana que forma el punto de partida para nuestro estudio de la revelación.

    Dentro de la fe cristiana podemos ver también que se da la posibilidad de la revelación. En sí no podemos tomar por sentada esta posibilidad de la revelación. Si dentro del orden de la creación nos resulta imposible comunicarnos con los animales y darles a conocer quiénes somos y cómo somos – cuánto más difícil debe ser un ser finito comprender al creador infinito. Finitud non est capax infiniti – lo finito no puede captar lo infinito.

    Pero la Biblia nos asegura por un lado que Dios es un Dios que habla, que crea el mundo por su palabra (Gén. 1:3 Sal. 33.6), y que se da a conocer en su Palabra hecha carne en Jesucristo (Ju.1:1, 14, 18). Es en esto justamente que Dios se distingue de los falsos dioses (1 Rey.18:26-29 Is.46:6,7 1Cor.12:2).

    Y por otro lado, la Biblia nos informa que fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios (Gén. 1:26, 27), dando así la posibilidad de una comunicación entre Dios y el hombre. Como dice Bavinck, lo sobrenatural no choca con la naturaleza del hombre, porque el hombre fue hecho a la imagen de Dios.[29]

    Así afirmamos la posibilidad de una revelación, a la vez que decimos que la revelación es siempre un acto de gracia por parte de Dios[30]un acto en el cual Dios condesciende a entrar en e mundo humano. Toda la revelación es encarnación. En toda revelación Dios se hace antropomórfico, porque entra en el mundo humano para darse a conocer.[31]

    Dentro de la teología se acostumbra hacer una distinción general y revelación especial. A veces, especialmente en ámbito católico, se habla de una distinción entre revelación natural y revelación sobrenatural. Pero ya hemos observado que esta distinción es inadecuada. Toda revelación es sobrenatural por cuanto tiene a Dios como su autor, pero a veces los medios que se usan en la revelación son medios naturales.[32] Es a partir de esta distinción entre revelación natural y sobrenatural que surge el concepto de una teología natural, que debemos considerar dentro del próximo capítulo.

    En lo que sigue trataremos primero de la revelación general y luego de la revelación especial. Es dentro de esta que cabe propiamente la doctrina de la Escritura.

    • General

    Dios ha hablado. Y es a partir de esta Palabra divina que nos sentimos interpelados por Dios. La Biblia -como comprobamos a lo largo de todo este libro- no es, pues, el resultado de los «descubrimientos» que acerca de Dios pudieran haber hecho algunos hombres excepcionalmente piadosos y naturalmente dotados para el misticismo, sino el relato de un proceso de auto-revelación que Dios ha que-rido hacer llegar hasta nosotros para nuestra iluminación y nuestra salvación.

    Si Dios mismo no se hubiera dado a conocer, el hombre no habría llegado nunca, por sí mismo, a tener un claro y correcto conocimiento de Dios.

    Esto no supone, sin embargo, que el hombre no sea capaz de intuir, de alguna manera, la existencia de un Ser Su-premo, mayormente como Creador. Todas las religiones -y, hasta cierto punto, la historia de la filosofía– son un testimonio del talante religioso del ser humano, si bien, al propio tiempo, estas mismas varias y contradictorias ideas religiosas, así como las múltiples y opuestas escue-las filosóficas, muestran la impotencia humana para llegar a un claro y correcto conocimiento de Dios.

    Hemos de repetir, no obstante, que el hecho de que el hombre no sea capaz de un exacto conocimiento de Dios, a menos que la Divinidad misma se le haga manifiesta mediante una Revelación especial que los cristianos cree-mos se halla en la Biblia, no significa que sea totalmente incapaz de alcanzar lo que Calvino llamó «un cierto senti-miento de la divinidad», el cual se le impone al considerar las maravillas de la creación y al que denominamos Reve-lación general.

    • ¿Qué es la revelación General?

    Entendemos por tal la que nos es dada en la contem-plación de los fenómenos de la naturaleza -y el estudio de las leyes que la rigen-, en la constitución y operación de la mente y el cuerpo humanos, y en los hechos de la his-toria colectiva y la experiencia personal (Salmo 8:2; 19:1-2; Romanos 1:19-20; 2:14, 15; Hechos 17:27).

    La revelación general es universal, pues está abierta delante de todos los hombres para su estudio y reflexión, y así ha permanecido desde siempre en todas las épocas. Calvino lo expresó de esta manera: "Dios ha inscrito en cada una de sus obras ciertas notas y señales de su gloria tan claras y tan excelsas, que ninguno por ignorante y rudo que sea, puede pretender ignorancia", con lo que se hace intérprete de las palabras de Pablo en Romanos 1:19, 20: "Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa."

    • ¿Es suficiente la revelación General?

    En esta clase de revelación no hay mensaje de salva-ción, ni invitación a la comunión personal con Dios. A lo sumo se llega a admitir la existencia de Dios y, acaso, ciertas señales de su Providencia, pero nada se sabe de su justicia, su amor, su carácter y sus propósitos en relación con la Creación y sus criaturas que somos nosotros. Por la Revelación General podemos llegar a conocer que hay un Dios, pero seguimos ignorando quién es y lo que es para nosotros. La Divinidad permanece alejada y Dios sigue siendo para la mayoría el Gran Desconocido (Hechos 17: 23).

    Por otra parte, ni la razón ni la intuición por sí solas -al contemplar las obras de la creación, al estudiar la constitución del ser humano y al meditar en la Providen-cia- pueden alcanzar el conocimiento de ciertas cuestio-nes vitales que no hallamos explícitas ni en la naturaleza ni en la historia: ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Cuál es el sentido de mi vida? ¿Cuál es el significado de la histo-ria de la humanidad? Para estas y otras semejantes pre-guntas, la Revelación General no tiene respuesta y su problemática escapa a las capacidades humanas de inves-tigación y conocimiento.

    Todo ello nos lleva a formular una pregunta importante: ¿Hasta qué punto es capaz el hombre, en su estado actual, de conocer a Dios?

    • Las Indicaciones Bíblicas

    Hablar de la revelación general es hablar de aquellas manifestaciones de Dios que se dan a todos los hombres en todo tiempo y en todo lugar.[33]

    Encontramos en la Biblia ciertas indicaciones con respecto a esta revelación.

    Así vemos por ejemplo referencias a la obra de Dios en la naturaleza y la justicia providencial de Dios en recompensar a los buenos y castigar a los malos (Job 36, 37), el poder de Dios en la naturaleza (Sal. 29). Se dice que toda la tierra está llena de la misericordia de Dios (Sal.33.5). Se afirma que Dios es la esperanza de todos los términos de la tierra (Sal. 65:5) y que todos los habitantes de la tierra temen sus maravillas (Sal.65:8). Y en muchas formas se habla de las obras de Dios en la creación y la providencia (Sal.90, 104, 107, 145, 147).

    La Escritura trata también de una intervención de Dios en los destinos de las naciones (Sal.33:10 67:4). Es Jehová quien aporciona su heredad a las naciones (Dt.32:8 Hech.17:26). Es por Jehová y por su sabiduría que reinan reyes y príncipes (Prov. 8:15, 16 Rom. 13:1). El hombre mismo es obra de Dios (Job 33:4) y el espíritu del hombre es una lámpara de Jehová (Prov. 20:27 Job 32:8). Es Dios quien ha puesto eternidad en el corazón del hombre (Ecl.3:11).[34]

    Los lugares clásicos para la revelación general son Sal.19.1. "Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia las obras de sus manos…" y el pasaje conocido de Rom.1:18-20 que miraremos en un momento.

    Pero es bueno observar también que el NT conecta esta revelación general de manera especial con Cristo. En Juan 1 se habla de Cristo como el Verbo de Dios que se ha hecho carne (vs.14), y se afirma de este Verbo que "todas las cosas por él fueron hechas" (vs.3), que en "el estaba la vida y la vida era la luz de los hombres" (vs.4), que "aquella luz, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En Edmundo estaba y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino y los suyos no le recibieron" (vss. 9 – 11). Este concepto de la iluminación del Verbo o Logos de Dios ha tenido una historia notable en la historia de la teología.[35]

    En el NT es el apóstol Pablo quien más desarrollar el concepto de una revelación general. Tal vez podemos hablar incluso de tres pasos en el desarrollo de este concepto en Pablo.

    Si es legítimo hablar en este sentido, el primer paso se encuentra en la predicación de Pablo en Listra (Hech.14:15-17) donde afirma que Dios hizo el cielo, la tierra y el mar, que a pesar de dejar a las naciones andar en sus propios caminos, no se dejó a sí mismo sin testimonio. Este testimonio es el hecho que nos hace bien y que nos da lluvias del cielo y tiempos fructíferos. Es decir que Dios se ha manifestado mayormente en la providencia dentro de la naturaleza. Este tema es retomado de Mt.5:45.

    En el discurso de Pablo en Atenas (Hech. 17:22 – 31) encontramos un concepto más desarrollado. Pablo habla de la obra creadora de Dios y de su soberanía sobre los tiempos y la habitación de los hombres. Allí afirma que estas cosas Dios las hace para que los hombres lo busquen, ya que no está lejos de nosotros, "porque en él vivimos, y nos movemos y somos" (vss.24–28). Aquí el llamado de Pablo es muy claro. Dios pasa por alto los tiempos de ignorancia y ahora manda a todos los hombres a arrepentirse siendo que ha de juzgar a todo el mundo en Jesucristo el resucitado (vss. 30, 31).

    El tercer paso de este progreso en Pablo se encuentra en Rom. 1 y 2 donde empieza con el elemento de juicio. En 1:17 y 18 hay una estructura paralela que parece indicar que el mismo Evangelio que es la revelación de la justicia de Dios para aquel que cree, es al mismo tiempo la revelación de la ira de Dios contra aquellos que detienen con injusticia la verdad. El juicio de éstos es merecido "porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto" (19). Y Pablo explica que el eterno poder y la deidad de Dios, aunque invisibles, se dejan entender a partir de la creación, "las cosas hechas" (20). Esta manifestación de Dios en la creación implica que estos hombres "no tienen excusa" (id).

    A continuación Pablo muestra la necedad en que caen aquellos que rehuzan glorificar y dar gracias a Dios.

    Pero el argumento tiene una segunda parte donde vuelve a ocurrir el término ???????????? ("sin excusa") del vs.20. En 2:1 Pablo dice que también está sin excusa aquel que juzga a otro. Allí el argumento de Pablo parece ser que el hecho de juzgar implica una conciencia de bien y de mal. Si la persona reconoce un criterio de bien y de mal en su juicio de otros, ya no tiene excusa cuando cae en las mismas prácticas. Esta conciencia moral se deja apreciar también cuando "gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley" (14). Estos demuestran tener "la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos" en el día de juicio (15).

    Tanto en Hech.17 como en Rom.1 Pablo parece tomar en cuenta la realidad religiosa del hombre. Aparentemente mira las religiones como una respuesta humana frente a la manifestación de Dios en la creación, aún cuando resulta una respuesta muy inadecuada (Hech.17:24, 25, 29 Rom.1:21-23, 25).

    • ¿Dónde se encuentra la revelación general?

    Con base en estos datos los teólogos han intentando indicar los loci (plur. De locus – "lugar, ubicación"[36]) de la revelación general. ¿Dónde encontraremos la revelación general?

    – Por una parte se ha afirmado que todo hombre tiene una idea y noción arraigada de Dios.[37] Esto corresponde a la sensum divinitatis (la semilla de la religión) que menciona Calvino.[38] Esto implica que la religión surge de manera natural del hombre. Este punto parece fundamentarse más en la universalidad del fenómeno religioso y menos en alguna pauta bíblica concreta.

    – Podemos relacionar con esto el argumento que la misma naturaleza del hombre le manifiesta a Dios, ya que el hombre es creado a su imagen.[39] Probablemente debemos incluir este argumento, que sí tiene algunas base bíblica (Job 32:8 33:4 Prov.20:27 Ecl.3:11), con el argumento que sigue, derivado de la creación.

    – El argumento más claro de la revelación general se relaciona con la creación. El Sal.19.1 y Rom.1:20 toman por sentado que es un paso obvio inferir la existencia, el poder y la majestad de Dios de la misma creación. Sólo el necio puede negar a Dios (Sal.14:1). Así es que lo salmos pueden proclamar la gloria de Dios en la naturaleza.[40]

    – Algunos teólogos conectan con la creación la providencia de Dios (Mt.5:45) y la soberanía de Dios sobre la historia (Dt.32:8, Sal.33:10, Prov.8:15,16), que consiste en parte en la recompensa justa que Dios da a buenos y malos (Job 36, 37, Sal.67:4). Bavinck habla de la creación, la sustentación (providencia) y la soberanía como una revelación continua.[41] Hay intentos de enunciar, con esta base, una filosofía cristiana de la historia.[42]

    • Y, por último, se reconoce una revelación de Dios en la conciencia o la estructura moral del hombre. Rom.2 (y también Rom.1:29-32) indica que tanto la tendencia del hombre de condenar a otros lo que él mismo hace, como también la observancia de normas buenas, sin conocimiento de la ley que Dios reveló a Israel, dejan al hombre sin excusa delante de Dios.[43] Pache afirma que es la naturaleza moral y la conciencia del hombre que explican los ritos de expiación en las diferentes religiones. Es por medio de ellos que el hombre reconoce su culpa, reconoce que no es aceptable delante de Dios con sus vicios y pecados.[44]

    • El valor y las Limitaciones de la Revelación General

    Como toda revelación, la revelación general tiene un valor positivo para el hombre. En toda revelación Dios se da a conocer a sí mismo y en toda revelación Dios llama al hombre a una relación con él (Hech.17:27).[45] Especialmente para el cristianismo, hay gran valor en la revelación general porque le permite apreciar las obras y maravillas y soberanía de Dios. El cristiano tiene la ventaja de ver esta revelación general a través de "los lentes" de la Escritura.[46] Bavinck advierte en una reflexión sobre Is.28:24-29 que la revelación general en cierto sentido nos permite decir "que todo conocimiento de la naturaleza y la historia, así como se adquieren y se aplican en profesión y empresa; en comercio y técnica, en ciencia y arte, se debe a la revelación de Dios. Porque todos estos elementos de la cultura existen sólo por cuanto Dios ha puesto sus pensamientos y potencias en su creación, que el hombre bajo su guianza con el tiempo aprende a entender."[47]

    Pero los textos que hemos visto también nos permiten ver las limitaciones de esta revelación general. Rom.1 nos deja ver que el hombre se niega a glorificar y a dar gracias a Dios.

    Así es que debemos concluir que el conocimiento que la revelación general nos sirve para dejar al hombre sin excusa delante de Dios.[48] La revelación general no apunta a Cristo quien es el único camino al Padre (Ju.14:6).[49] El conocimiento que nos brinda no es un conocimiento salvador, no brinda un conocimiento de la gracia[50]del perdón; no permite una regeneración; no nos introduce a la fe ni al amor.[51] Permite una religio naturales pero no salutaris (una religión natural pero no salvadora).[52]

    Sin embargo, en este punto no hay consenso entre los teólogos. Heppe advierte que los arminianos afirman que la luz de la gracia se adquiere por el uso correcto de la luz natural[53]pero esto no significa que el hombre por la sola luz natural se puede salvar. Según Pache todo hombre será juzgado de acerado a la luz que ha recibido (Rom.2:12). Considera que la revelación en la naturaleza es suficiente para producir en los gentiles tanto adoración como arrepentimiento. Siendo que Cristo murió por los pecados de todo el mundo, tanto los que se cometieron depués en regiones no alcanzadas por el Evangelio, Dios sabrá si un hombre sincero pero ignorante hubiera aceptado el Evangelio al haber tenido la oportunidad y podemos confiar en que él juzgará de acuerdo a su amor y justicia.[54]

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